La sangre de San Genaro: milagro y ciencia

Una posible explicación del milagro de la licuefacción de la sangre del santo y algunas reflexiones sobre ciencia y religión.

Guillermo Giménez de Castro
Centro de Rádio Astronomia e Astrofísica Mackenzie
Universidade Mackenzie
guigue@craam.mackenzie.br

San Genaro fue arzobispo de Benevento. En 305 de nuestra era, el emperador Dioclesiano lo condenó a ser expuesto y morir por animales salvages. La condena parece no haber funcionado y por ello fue finalmente decapitado junto con otros clérigos, convirtiéndose en mártir y después en santo de la iglesia católica romana. Sus restos sufrieron una larga historia de traslados y ocultaciones. En el siglo V, San Genaro fue declarado patrono de Nápoles . En 1337, fueron instituidas celebraciones en su honor. Hasta esa fecha no se tiene constancia de que el milagro de la licuefacción ocurriese. Es en el diario de un ciudadano anónimo de Nápoles que aparece el primer relato: "En el día decimoséptimo [de agosto de 1389] hubo una gran procesión para celebrar el milagro realizado por Nuestro Divino Señor con la sangre de San Genaro. La sangre, que está guardada en una ampolla, se volvió líquida tal como si estuviera en el cuerpo vivo de Genaro aquel mismo día".  En la misma época surgió la leyenda de que una mujer habría recogido la sangre del mártir cuando fue decapitado.

Existen dos ampollas con sangre, una contiene algunas gotas, la otra está llena hasta 2/3 de su capacidad, ambas se encuentran dentro de una caja de vidrio sellada la cual está dentro de una bóveda en la iglesia Capella del Tesoro en la ciudad de Nápoles. Tres veces al año la sangre es expuesta para la veneración: el sábado que precede al primer domingo de mayo (fiesta del traslado de San Genaro), el 19 de septiembre (celebración que recuerda su martirio) y el 16 de diciembre (fiesta que lo celebra como patrono de la ciudad). Durante estas ceremonias sus participantes invocan al santo y piden el milagro. En mayo la sangre es llevada desde el Duomo hasta la iglesia de Santa Chiara donde se licúa. En septiembre la licuefacción se produce en el Duomo y las ampollas son expuestas al público por 7 días para que las besen; algunos testigos afirman que durante las noches la sangre solidifica, pero al día siguiente vuelve a licuarse después de rezar nuevamente. En diciembre la bóveda es abierta y si la sangre se encuentra líquida, las ampollas son exhibidas. La superstición (aunque no la Iglesia) afirma que es mal augurio que el milagro no ocurra, la última vez que eso aconteció fue en 1987 cuando un intendente comunista fue elegido en Nápoles.

¿Como explicar semejante fenómeno sobrenatural? Incluso para un creyente esta pregunta tiene sentido ya que el Dios creador del Universo no podría oponerse a sus propias leyes, las Leyes Naturales, porque sería negarse a sí mismo. Puede objetarse a este razonamiento que nuestro conocimiento de la naturaleza está lejos de ser completo. Convengamos, sin embargo, que existe una larga relación de historias que dan cuenta de engaños introducidos con mala o buena fé, con la intención de aumentar la credibilidad del pueblo, la mayoría de ellos acontencidos hacia fines de la Edad Media. Auténtico o falso el milagro de la sangre de San Genaro, la verdad debe ser única, y el deber del ser humano es encontrarla.

Sabemos que la sangre una vez coagulada no se licúa naturalmente. Los testigos dan cuenta de que ningún proceso químico o físico es realizado sobre las ampollas que contienen las reliquias. Ellas apenas son manipuladas, o sea, retiradas de la bóveda, trasladadas, mostradas al público, en síntesis, son sometidas a una suave agitación mecánica. Algunas substancias tienen la propiedad de licuarse cuando son agitadas y solidificarse cuando están en reposo, esta propiedad es llamada tixotropía.  En 1991 Luigi Garlaschelli de la Universidad de Pavia, Franco Ramaccini de Milán y Sergio Della Sala del Hospital San Paolo  de Milán publicaron un artículo en la revista Nature en el cual describían la propiedad tixotrópica de una substancia que bien podría reproducir los fenómenos relatados. A fines del siglo XIX, el profesor Albini de la Universidad de Nápoles, ya había sugerido una mezcla tixotrópica cuyo color asemejaba al de la sangre de San Genaro. Sin embargo esta mezcla no conseguía mantener sus propiedades durante más que un corto tiempo y además usaba entre sus componentes chocolate, que fue introducido en Europa después de 1492.

En el trabajo de Garlaschelli se obtiene una solución coloidal de Hidróxido de Hierro, FeO(OH), para su preparación es necesario cloruro de hierro (FeCl3), carbonato de calcio (CaCO3)  y cloruro de sodio (NaCl) además de agua destilada. Las tres primeras substancias se ecuentran fácilmente en la naturaleza, la primera en lavas volcánicas, la segunda en la piedra caliza, la tercera es sal común. En cuanto al agua destilada, bien puede ser sustituida por agua de lluvia. El problema del método de Garlaschelli es que usa una técnica llamada diálisis para generar la solución. La diálisis es un proceso similar al colado, sólo que el colador tiene agujeros del tamaño de poros. Garlaschelli la usa en este caso para remover el cloruro férrico y de clacio sobrantes. La técnica en si no requiere de gran sofisticación, y hasta pueden emplearse intestinos de animal como mebrana porosa, pero lo cierto es que su uso recién fue establecido en el siglo XIX. Sin embargo Van Helmont, médico y químico belga (1577 - 1644) demostró experimentalmente que la sal diluida en agua puede pasar a través de una vegija. Probablemente no fue el primero en observar el fenómeno. Y es sabido que Hipócrates, usaba fieltro como filtro de agua. Obviamente que todos estos argumentos no pueden demostrar que la técnica fuera conocida en el siglo XIV cuando se relata por primera vez el milagro de Nápoles. Por eso es que Garlaschelli preparó una segunda mezcla sin el uso de la diálisis.

Las propiedades de la solución 1 (usando diálisis) son extremamente parecidas a las de la sangre de San Genaro, con suaves movimientos, como los que un sacerdote podría realizar, ya se licúa. Tiene además un color muy semejante. La solución 2 (sin diálisis) también mostró propiedades similares, sólo que como su purificación no fue completa al no haberse empleado diálisis, se deteriora más rápidamente. De todas formas es bueno notar que los tests sufridos por ambas sustancias son bastante más intensos que los delicados movimientos y el cuidado especialísimo a que las ampollas veneradas son sometidas. Un segundo test realizado por Michael Epstein y el propio Garlaschelli en 1992, fue obtener el espectro de las substancias y compararlo con los de la sangre de San Genaro obtenidos en 1902 por un grupo de científicos. Ambos espectros mostraron características similares, y los dos, se parecen de manera genérica al espectro de la sangre. Un espectro es la firma de una substancia, es decir, es único y así debería permitir discenir entre sangre humana y sangre sintetizada. Pero el método es indiscutible sólo cuando se cuenta con equipo suficientemente potente y cuando la substancia estudiada está completamente aislada. Ambas características están ausentes en el experimento de 1902, primero porque aún no se empleaba fotografía para registrar los espectros, segundo porque la solución no fue retirada de las ampollas y así la observación se encuentra contaminada por el vidrio de estas y de la caja que las contiene. En la reproducción de aquel estudio de 1902 realizada por Epstein y Garlaschelli, se tuvo en cuenta estos hechos y se empleó un espectroscopio similar a los de principios del siglo XX colocando las muestras dentro de vidrios semejantes a los producidos en el siglo XIV.

La respuesta final al milagro de la sangre de San Genaro sólo ocurrirá cuando la Iglesia autorice el estudio de las substancias dentro de las ampollas. En ese sentido se mostró colaboradora cuando permitió los análisis del sudario de Turín, durante siglos considerado como la saya que cubrió al cadaver de Cristo y rodeado de gran misterio desde el inicio del siglo XX. De todas formas, aún de demostrarse que la sangre es en realidad una gelatina tixotrópica, dificilmente conoceremos la historia de su origen, su inventor, y sus propósitos.


 
El Santo Sudario
El pedazo de lino con el dibujo de una figura humana guardado en la catedral de Turín es considerado por muchos el sudario que cubrió al cuerpo de Cristo durante las 36 hs que estuvo muerto según los apóstoles.  Su autenticidad ha sido cuestionada desde que tenemos conocimiento del mismo (1349) cuando un caballero francés decidió construirle un santuario en la ciudad de Lirey (Francia), incluso porque en aquella época no era el único sudario que reclamaba autenticidad.  En 1988 la Iglesia autorizó una datación del lienzo por el método del radiocarbono y entregó muestras a cuatro laboratorios en diferentes países del mundo.  El resultado de todos ellos fue unánime, la tela fue hecha entre 1260 y 1390, fechas que coinciden con el inicio de la historia del santo sudario.  Algunos grupos de creyentes han cuestionado el resultado y hasta vienen realizando congresos donde debaten las evidencias en favor de sus ideas.  A nuestro entender las pruebas del radiocarbono son conclusivas,  quienes abogan por la autenticidad de la historia se aferran a evidencias excesivamente débiles.  De todas formas es extremamente saludable que la Iglesia haya permitido los estudios de radiocarbono abriendo el debate al público.

Algunos links de interés, en favor de la autenticidad del sudario: Center for Religious Study and Education; mientras que la visión escéptica puede ser encontrada en: The Skeptical Shroud of Turin Website.

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