El presente artículo es la base del
publicado en EXACTAmente N 18
Agosto de 2000
Guillermo
Giménez de Castro La tecnología muda el
paisaje de todas las actividades humanas. Hasta los viejos y renombrados
"mediums" de las prácticas espiritistas parece que
perderán empleo. Hoy en día la
"transcomunicación instrumental" (TCI) utiliza aparatos
electrónicos para hablar con los espíritus. A pesar de ello,
y como antaño, sus métodos no convencen a la
ciencia. Es un perogrullo decir que el único
destino que nos es garantizado absolutamente es el de nuestra propia
muerte. Quienes creen que ese no es el último acto en la vida de
una persona, creen que existe una esencia, llamémosla
alma, que perdura, que tal vez se reencarne en un otro
cuerpo, o tal vez resucite en el mismo que lo habitó en vida.
Después de las calamitosas derrotas en cuestiones como
cosmología y evolución de las especies, las religiones se
recluyeron en su propio campo de acción y realizaron un pacto
dejando en manos de la ciencia aquellas áreas del conocimiento en
las cuales se pudiera dar una respuesta objetiva. Se reservaron para
sí mismas cuestiones relacionadas con la ética, la moral, el
espíritu y las relaciones con el o los dioses en que cada una
de ellas cree.
No es extraño entonces que en el siglo
pasado, cuando se hacía más evidente la separación de
la religión y la ciencia, hayan comenzado a aparecer diferentes organizaciones
que intentan reunir ciencia y espíritu. Una de ellas
es la espiritista. Las bases de la misma se
encuentran en algunos libros escritos por Allan Kardec, publicados en torno de 1850,
notablemente en su Doctrina de los Espíritus.
Según él, las bases del espiritismo son la religión,
la filosofía y la ciencia. Básicamente los espiritistas
creen en las reencarnaciones sucesivas, mas, mientras el alma no regresa a
este mundo, es capaz de comunicarse con los vivos. Esta
comunicación es llamada transcomunicación.
La palabra
espiritismo nos trae inmediatamente a la cabeza las imágenes
de las sesiones realizadas a oscuras en salas cerradas, donde una
persona intermedia la comunicación entre vivos y muertos, de
allí su nombre de medium. Los asistentes están
sentados en torno de una mesa, uno de ellos hace preguntas, las
respuestas vienen en forma de movimientos de la mesa, o de las palabras del propio
medium, que entró en trance. A pesar de que muchas veces los
espiritistas declararon que esas sesiones eran absolutamente reales y
que por lo tanto demostraban la existencia de vida después de
la muerte, la falta de un ambiente adecuado para realizar un control
objetivo fue el obstáculo mayor para la aceptación de
tales evidencias. El espiritismo sin embargo, continuó su
camino sin más, y en algunos lugares sus centros de reunión
se hacen llamar Escuelas Científicas.
En los últimos
años una rama del espiritismo se ha dedicado a utilizar otras
técnicas mediúnicas. Por ejemplo, durante una
reunión se coloca un grabador abierto. La reunión transcurre
normalmente. Acabada la misma se escucha la cinta y de repente se
comprueba la existencia de voces ajenas a los participantes, y que ellos
interpretan como mensajes que vienen de los espíritus. Han empleado
también equipos de radio desintonizados ex profeso, o receptores de
TV, también fuera de toda sintonía. Otras formas de
comunicación han sido los contestadores automáticos de
teléfono, tanto los de cinta, como los que proveen las
compañías telefónicas. Para separarse de los
ortodoxos que utilizan personas como intermediarios, estos espiritistas
llaman esta comunicación como Transcomunicación
Instrumental (TCI). Ellos alegan que es la demostración
final de la existencia de vida después de la muerte, creen que la
ciencia se postrará frente a sus evidencias y que una nueva ciencia
nacerá a partir de estos descubrimientos irrefutables.
¿Cuáles
son estas evidencias irrebatibles? Comencemos por las más
simples. Como mencionamos antes, usando un receptor de televisión
blanco y negro fuera de sintonía, registran con una cámara
de video las imágenes, aquella neblina de puntos que se mueven
sin ton ni son y que todos conocemos muy bien. Las imágenes
son digitalizadas y almacenadas en computadoras. Posteriormente son
procesadas. Aunque ellos no lo dicen explicitamente algunos filtros
deben ser empleados para hacer los puntos más redondeados.
Cada cuadro es luego analizado, ampliándolo y buscando en
él formas reconocibles. Un ejemplo, tomado del site
oficial (http://www.geocities.com/ant-tci)
de los transcomunicadores instrumentales brasileños está
en la Figura 1. Los espiritistas pasan horas identificando en difusas
imágenes como esta, rostros humanos, caras de animales, etc,
en un ejercicio que se parece más a un test de manchas
psicológico. Es evidente, sin embargo, que la figura más
reconocida es el rostro humano, dos puntos oscuros, en cualquier
posición, más un tercero aproximadamente debajo y en el medio
de estos inmediatamente nos trae un aire a rostro familiar. En la
Home Page de los espiritistas puede encontrarse también una figura
que al mismo tiempo es interpretada como un oso y un león. (Como si
esto fuera poco, después agregan a un
perrito.) En la Figura 2, se muestra el descubrimiento espiritista.
Más abajo, uno de mi cosecha, el rostro de un bebé. Lo
interesante de este último es que lo encontré no en la
neblina de mi TV descompuesto, sino en wall paper del sistema de
ventanas de mi computadora. A no
ser que los espíritus hayan encontrado una nueva forma de
comunicación, yo diría que las probabilidades de hallar
patrones reconocibles en manchas difusas, es muy grande.Dejo al lector como
ejercicio otras interpretaciones posibles, es más, cualquiera que
halle, le pido que me la comunique a travez de un e-mail. Yo demoré
5 minutos en encontraf esta, y en el mismo lapso mi esposa encontró
otras dos.
Las
otras pruebas testimoniales son los audios, como ya dijimos.
En el site antes mencionado se pueden encontrar algunas
muestras, incluyendo resultados de tests de comparación de las
voces. Por ejemplo, Zilda Monteiro afirma comunicarse con su difunto
esposo (Edson). Fueron enviados trozos de grabaciones de Edson vivo
y muerto al Dr. Alessandro Pecci de la Universidad de São
Paulo (USP) quien llega a la conclusión de que ambas voces
probablemente corresponden a la misma persona. La demostración
es evidentemente inútil, ya que lo que debemos probar primero
es como se registraron los sonidos transcomunicados.
Einstein acuñó
la famosa frase: "sutil es el Señor"
queriendo decir que es difícil muchas veces arrancarle
secretos a la naturaleza. Yo agrego: astuto es el
Hombre. La naturaleza sin voluntad propia, es incapaz de colocar
trampas en el camino de un investigador. Pero los hombres, sea por
deslealtad, sea por un convencimiento profundo en sus ideas, son
capaces de alterar cualquier prueba. Hoy en día con los
medios técnicos que existe, es posible crear artificialmente
cualquiera de las pruebas audiovisuales que los espiritistas modernos
nos muestran, incluyendo los audios inversos, sonidos que sólo
son comprendidos cuando se invierte el sentido de
reproducción.
Por supuesto que
ellos están totalmente confiados en sus pruebas y afirman
tener convenios con centros de investigación reputados. En su
site, apenas se comenta que un laboratorio de la USP hace los
análisis auditivos; sin otra referencia lo más probable
es que se trate de una relación comercial apenas. Con mucho
estruendo anuncian un acuerdo de cooperación científica
entre dos instituciones ilustremente desconocidas. Una de ellas
contando con el mérito de haber sido creada por el astronauta
E. Mitchell que caminó sobre la Luna y que ahora se dedica a
intentar demostrar la existencia de vida después de la muerte.
A lo largo de toda la literatura de los espritistas instrumentales,
se hace referencia a los científicos que quedan deslumbrados
por las nuevas evidencias. Pero nunca se menciona quienes son, ni
donde trabajan. En definitiva, eso tampoco sería
demostración. Los seres más incautos, son justamente
los científicos.
Hasta que los
espiritistas no formulen protocolos claros, objetivos, y se sometan a
ellos con el único interés de confirmar o no sus
creencias, sus palabras seguirán siendo huecas. A pesar de 150
años el espiritismo no pasa de una creencia más, su
cientificismo es retórico, sus pruebas inexistentes. El
hombre, por ahora, seguirá con su dolor existencial. Al menos la
ciencia no tiene respuestas para sus angustias.
Centro de Rádio Astronomia e Aplicaçoes Espaciais
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