FLORES DE BACH: AROMAS CON SALUD?

Por Guillermo Giménez de Castro

“No se requiere ciencia alguna, ni conocimientos previos...
sin ciencia, sin teorías, pues todo en la naturaleza es simple.
Este sistema de curación... se nos ha revelado divinamente”
(E. Bach “La curación por las flores”. EDAF, Madrid, 1982, p.85)


A declaración de parte relevo de prueba dice la voz popular. Es que realmente el texto anterior desacredita a la llamada rimbombantemente terapia floral de cualquier intento de fundamentación teórica o incluso experimental.

Dios se comunicó con el autor de la terapia, Edward Bach, en algún momento de su no muy larga vida. Bach nació en el Reino Unido en el año 1886 y falleció en 1936. Fue doctor en medicina y filosofía y licenciado en ciencias. Practicó la homeopatía con bastante éxito (comercial). Hasta que un día vio la luz y comenzó a tratar a sus pacientes con la nueva terapia que él bautizó como floral y que hoy en día es mas popularmente llamada flores de Bach.

La terapia floral es hija dilecta de la homeopatía. Aunque su principio es distinto, aplica algunos de los dogmas de la creación del médico Hahnemann. En Inglaterra existe un centro de atención según los preceptos de Bach en la ciudad de Wallingford, donde también preparan remedios a pedido para todo el mundo. La obra de Bach fue continuada y aumentada por su discípulo F. J. Wheeler.

En qué se basa la terapia? Bach consideraba que la base de la enfermedad no es material sino espiritual. Una enfermedad,entonces, no es otra cosa que un desequilibrio entre mente y espíritu. La medicina escolástica no intenta remediar al espíritu, por el contrario solo se ocupa del cuerpo, de lo que se colige, nunca un paciente estará curado. En su libro ”La curación por las flores Bach dice específicamente que la raíz de la enfermedad es consecuencia del temor del cuerpo a dejarse dominar por el Ser Superior, que para él es el Alma Humana. Con una visión panteísta y muy próxima al hinduismo, aunque con algunos toques de cristianismo, la teoría de Bach gira en torno de la curación del alma, hecho que se puede alcanzar mediante su terapia. Pero al mi smo tiempo la terapia es algo indefinidamente largo. El hombre está eternamente enfermo e incluso no le alcanza una vida para lograr eliminar todas sus enfermedades. Obviamente Bach adhería a la creencia en la reencarnación.

Asi es que las mentadas flores de Bach tienen un origen religioso, meramente. No le cabe entonces, ninguna crítica positivista, no le cabe la experimentación clínica, no le cabe la justificación teórica. Y de que se trata? Como la raiz de cualquier enfermedad está en el alma, los síntomas se ven en los estados de ánimo. Así que la clasificación de la enfermedad (nosología) se trata en el caso de Bach de una clasificación de estados de ánimo: temor, incertidumbre, apatía, soledad, influenciabilidad, abatimiento y desesperación, preocupación excesiva por el bienestar ajeno; son las enfermedades del alma, curadas ellas todas seremos realmente sanos (y eternos?). Para cada enfermedad se da un listado de posibles flores capaces de remediarlo. Bach indicó 12 flores distintas con capacidad curativa y luego amplió la lista a 38.

La preparación de las flores de Bach, es otro capítulo de este dislate médico. Las soluciones se preparan sumergiendo en agua pura las flores bajo la acción de la luz solar, durante algunas horas. Luego son diluidas y en algunos casos se le agrega brandy como conservante. Los remedios son entonces puros e inofensivos, algo sin sentido para la medicina científica, ya que jamás la acción de una droga puede ser inofensiva (sinó se trataría de agua destilada) de allí la necesidad de consultar al médico para que indique la dosis necesaria. Dos axiomas comparte la terapia de Bach con la homepatía. El primero es el de que menos es mas (ver recuadro), que significa que cuanto menor es la presencia del agente medicinal (la esencia de las flores en este caso ) mayor es su efecto. El segundo axioma es que puede ocurrir un empeoramiento del paciente mientras se aplica la terapia y que se axiomatiza por la dirección de la enfermedad, es decir, el empeoramiento del paciente indica que la enfermedad está siendo ex pulsada.

La terapia floral de Bach ha sido uncluída por la Organización Mundial de la Salud entre las prácticas alternativas o no convencionales. Esto no significa mucho más que el reconocimiento de que una comunidad cree en el poder curativo del método. Si no, baste mirar algunas de las otras terapias incluídas en el listado de la OMS: espiritismo y medicina mágica africana. La única prueba que presentan los adeptos a las flores de Bach es que funciona. Pero se basa en una estadística altamente sesgada donde sólo se incluyen los casos favorables. Y aunque la estadística fuera mínimamente correcta, las pruebas no están hechas con controles adecuados (tests doble-ciego, muestras de control, etc etc). Hay quienes intentan racionalizar la terapia floral, aumentando el galimatías con frases como energía vital de las flores cuyo significado es nulo desde un punto de vista científico.

Insertada en la clase media y media alta, imbuída del halo semi religioso de la New Age, la terapia floral de Edward Bach no conlleva mayor riesgo excepto el de cualquier medicina alternativa: que el paciente abandone el tratamiento tradicional y el hecho en sí de que es casi una estafa, un ramillete de flores tomadas de diversas religiones, regadas con una verba posmodernista y cuyos frutos, probablemente, vayan a parar a los bolsillos de unos pocos y muy perfumados vivillos.

Menos es Mas

Para los floristas y homeópatas cuanto más diluída está la sustancia activa más efectiva es. Los homeópatas incluso fijan un número para su dilución: 10-30. O sea: cero, coma, veintinueve ceros y finalmente un uno. Como este es un número lo suficientem ente pequeño como para hacernos perder la noción de las proporciones veamos que significa.

Supongamos tener 1 gramo de sustancia activa a diluir en agua. Entonces precisamos 1030 gramos de agua. La densidad del agua destilada es 1 gramo por cada centímetro cúbico, así que precisamos 1030 centímetros cúbicos de agua. El volumen de agua que ocu pan los océanos en la Tierra es de 1024 centímetros cúbicos (suponiendo que las dos terceras partes de la superficie terrestre están cubiertas de agua y que la profundidad media de los océanos es de 3000 metros). Es decir que hace falta el agua de un mill ón de Tierras para diluir apropiadamente 1 gramo de sustancia homeopática. En el supuesto caso de que alguien lo logre, puede tener algún valor esa dilución?

Hagamos el planteo al revés. Cuánta sustancia activa tiene una dilución homeopática de 1 Kg? 10-30 Kg, casi exactamente la misma que tiene un átomo de hidrógeno, la más simple de las sustancias de la naturaleza. Dado que las sustancias activas de la home opatía son moléculas bastante complicadas, esta dilución nos asegura que no ha quedado nada de ellas, que han sido, completamente destruídas en el proceso de dilución.

Que Hahnemann diera estos valores a principios del siglo pasado puede ser disculpado dado que no existía la teoría atómica. Que los homeópatas lo sigan afirmando, es sencillamente ridículo.


A la página anterior