YO SOY DE OFIUCO, ¿Y VOS?
Por Guillermo Gimenez Castro y Guillermo Lemarchand
A fines del año pasado los medios de prensa dieron cuenta de la aparición de un nuevo signo en el Zodíaco: Ofiuco, intercalado entre Escorpio y Sagitario. Sin embargo, el fenómeno no es nuevo, y más viejo es hablar de la Era de Acuario. Ambos tienen el mismo origen astronómico, la llamada Precesión de los Equinoccios. Algunos astrólogos tienen en cuenta este hecho y otros no. Sobre ambas escuelas astrológicas y sobre la validez científica de la astrología damos cuenta en este artículo.

La astrología occidental se originó en la Mesopotamia asiática, entre los ríos Tigris y Eufrates, donde hoy se alza el estado de Irak, probablemente hacia el 2500 a.C. o aún antes. Aquellos primeros observadores del cielo empezaron a encontrar el orden dentro del desorden celestial y terreno y creyeron que ambos estaban relacionados. Comprendieron la diferencia entre estrellas y planetas. Agruparon a las estrellas en conjuntos a los que llamaron constelaciones y una complicada trama muy humana relacionó a los mitos fundacionales con los cielos, las estrellas, las constelaciones y los planetas. De hecho, como en aquel tiempo los planetas representaban deidades, los astrólogos primitivos simplemente proyectaron las características del comportamiento mitológico de dichas deidades al tipo de influencia (positiva o negativa, belicosa o amorosa, entre otras) que los planetas podrían ejercer sobre los humanos. Los siglos fueron pasando y cada civilización hizo sus aportes a la astrología.

Trayectoria aparente del Sol a lo largo de las constelaciones entre el 24 de octubre y el 22 de diciembre. Se puede apreciar la aparición del Signo de Ofiuco y el corrimiento de los signos respecto del tomado por los astrólogos trópicos.

La astrología sostiene la creencia de que las posiciones de las estrellas, los planetas, el Sol y la Luna simbolizan hechos de la vida humana (o de la Tierra, o de los Estados...). Algunos astrólogos contemporáneos citan como base filosófica la llamada teoría de los sincronismos de Carl Gustav Jung. Sin embargo, para la mayoría, no todos los objetos celestes intervienen en las interpretaciones astrológicas, sino solo aquellos que se desplazan en una franja estrecha del cielo llamada Zodíaco, de 17º ancho y centrada en la Eclíptica, el plano orbital de la Tierra en su derrotero anual alrededor del Sol. En la visión geocéntrica, la Eclíptica es la órbita del Sol a lo largo de un año sobre el cielo terrestre. Todos los planetas conocidos en la antigüedad, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, y también la Luna, se mueven próximos a la Eclíptica y al moverse definen esa franja del cielo llamada Zodíaco.

El Zodíaco es atravesado por Constelaciones. Los antiguos mesopotámicos consideraban sólo las siguientes: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo , Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. El nombre Zodíaco queda claro, casi todas las constelaciones tienen nombre de animal, ya sea este natural o mitológico.

Observamos que los signos son doce, como las lunaciones (lapso entre dos lunas nuevas) y como los meses del año. La búsqueda de ciclos dentro de ciclos fue uno de los objetivos básicos entre los primeros observadores sistemáticos de los cielos. ¿Por qué Aries es el primer signo? Dos veces al año el Sol, que se mueve sobre la Eclíptica a razón de aproximadamente 1º por día, cruza el Ecuador Celeste (proyección del Ecuador Terrestre sobre la Esfera Celeste). Cada vez que eso ocurre, la duración del día y la noche es la misma (equinoccio) y se produce un cambio de estación. El llamado primer punto de Aries, indica el comienzo de la primavera en el Hemisferio Norte (otoño en el Sur). Cuando se definieron muchas de las reglas de la astrología , al momento de alcanzar el punto de Aries el Sol se encontraba en el Signo (o Constelación) de Aries. Es fácil encontrar la importancia otorgada a la primavera boreal y su simbolismo de renacimiento, lo que justifica que Aries sea el primer signo del Zodíaco.

Pero el movimiento de los astros en el cielo -la Tierra incluida- es mucho mas complicado de lo que a priori observaron los sacerdotes asirios que formularon las reglas de la astrología. Desde la época de Hiparco (150 a. C.) y posiblemente desde el babilonio Kidinnu de Sippar (350 a. C.), ya se había percibido que el punto de Aries se movía año a año. A este fenómeno se lo denomina Precesión de los Equinoccios y hace que la Tierra se bambolee como un trompo en el espacio; este movimiento llamado precesión produce que el eje imaginario sobre el que la Tierra gira sobre sí misma describa un círculo en un lapso de 26.000 años. La implicación más directa del mismo es que el Ecuador Celeste y la Eclíptica se cortan en posiciones distintas cada año. Las constelaciones zodiacales subtienden un ángulo de aproximadamente 30 grados cada una, lo que implica que cada aproximadamente 2160 años el punto de Aries cambia de signo. Para la astrología la precesión tiene las siguientes implicaciones:

El punto de Aries se corre de constelación. Desde aproximadamente 2000 a.C. y hasta la era cristiana, el punto de Aries se ubicaba en el signo de Aries. Desde aquel momento y hasta el 2150 aproximadamente, el punto de Aries estará en Piscis, a partir de ese momento entrara en Acuario. Y en ese momento comenzará la famosa Era de Acuario según algunos astrólogos.

Originariamente la posición del Sol en el Zodíaco indicaba el signo. Es decir que el signo de Escorpio correspondía al tránsito del Sol a lo largo de la constelación de igual nombre. Pero el corrimiento que produce la precesión terrestre ocasiona que actualmente el Sol se ubique mayormente en las constelaciones de Virgo y Libra (ver figura) entre el 23 de octubre y el 20 de noviembre, fechas limites del signo de Escorpio según la astrología tradicional. Y así para los demás signos.

Mirando nuevamente la figura en forma detallada, vemos que otras constelaciones atraviesan el Zodíaco. Ofiuco (Ophiuchus, el serpentario), es una constelación que ya se conocía en la antigüedad, pero que hace 4.000 año estaba muy lejos de la Eclíptica. Ahora se mete subrepticiamente entre Escorpio y Sagitario. Otra constelación que también atraviesa la Eclíptica es Cetus (la ballena), ubicada entre Piscis y Aries. Es decir que hay nuevos signos en el Zodíaco.

De acuerdo a lo expuesto vemos que un mismo fenómeno astronómico tiene diversas consecuencias en la astrología. ¿Cuál es la respuesta de los astrólogos frente a esto? Primero hay que tener en cuenta que hay demasiadas interpretaciones entre ellos y ninguna parece primar sobre las otras, con lo cual se hace difícil la discusión. Casi todos los astrólogos ahora incluyen las influencias de los nuevos planetas descubiertos desde el Siglo XVIII (Urano, Neptuno y Plutón). Pero no todos toman en cuenta el corrimiento de los signos en el Zodíaco. Los que así lo hacen dicen que construyen una astrología Sidérea. Algunos de estos astrólogos también emplean los signos nuevos como Ofiuco y Cetus. La gran mayoría (astrólogos trópicos) no tiene en cuenta la precesión dado que, afirman, la astrología es un sistema de símbolos. Pero la controversia es muy grande entre los astrólogos mismos.

La astrología es una creencia. Su fundamento es similar al del conocimiento revelado. El que tenga un sustrato astronómico, por la necesidad de conocer posiciones de los objetos celestes, no le da ningún sustento a sus interpretaciones, atadas a la mitología. La visión del Universo que da la astrología corresponde a una descripción geocéntrica de un cielo en el que las estrellas y los planetas se ubican a igual distancia de la Tierra y descarta casi plenamente los descubrimientos que el hombre ha logrado en los últimos 300 años: la conformación del Universo, las escalas de distancia, los nuevos objetos (desde los cúmulos globulares, hasta los cúmulos de galaxias, los púlsares, los jets cósmicos, los quásares, y otros).

Cuando el hombre se liberó de la visión geocéntrica, comprendió que la Tierra era apenas un grano de polvo flotando en la inmensidad el océano cósmico, que el número total de objetos en el Universo era impresionantemente grande, y que éramos el producto de la evolución de las estrellas. Por sobre todas las cosas adquirimos un método para aprender acerca de nosotros mismos y de las cosas que nos rodean, que llamamos ciencia, cuya mayor virtud es saber que sus juicios siempre son refutables y únicamente remplazados por otros más amplios en su alcance descriptivo y más exactos en sus predicciones. Frente a esta aventura del espíritu humano, la astrología sólo parece un resabio anquilosado y fósil, bello pero sólo útil para descubrir cómo se pensaba siglos atrás. El que aún tenga una base amplia de aceptación popular solo demuestra que estamos muy atrasados en materia educativa. Educar al pueblo es educar al soberano. Nunca más cierto en la Argentina de fin del milenio.

Las Constelaciones del Zodíaco

La trama de los cielos, esos dibujos -la mayor de las veces caprichosos- que llamamos constelaciones, tienen una historia compleja y muchas veces desconocida. ¿Quiénes inventaron Orión (Osiris, para los egipcios)? ¿Quiénes vieron por primera vez un Escorpión en el cielo estival del hemisferio norte? A partir de la sistematización de la Astronomía y la conformación de Sociedades Científicas el panorama quedó más claro.

Los límites de las constelaciones en el cielo fueron fijados definitivamente en 1928 por la Unión Astronómica Internacional. Mientras la mayoría de las constelaciones zodiacales mantienen aproximadamente los límites tradicionales, a través de la historia ha existido una variación considerable en la elaboración de los mapas estelares. Como consecuencia de ello existe un gran desacuerdo de cuándo se cruzarán o cruzaron los límites del equinoccio vernal.

La siguiente tabla muestra la extensión de las constelaciones zodiacales sobre la Eclíptica de acuerdo a la Unión Astronómica Internacional.

CONSTELACION INTERVALO ECLIPTICO
Aries24.5
Tauro36.5
Géminis28.5
Cáncer 20.0
Leo 35.5
Virgo 44.0
Libra 23.0
Escorpio 7.0
Ofiuco 18.0
Sagitario 33.5
Capricornio 29,5
Acuario 22.5
Piscis 37.5
Cetus 0.0 (*)
(*) La esquina noroeste de Cetus apenas toca en un punto, aproximadamente 7 grados al este de la localización del punto de Aries (1950.0).

Los astrólogos trópicos consideran que todas las constelaciones tienen igual extensión: 30 grados. Y, como ya hemos dicho, no tienen en cuenta la precesión de los equinoccios. Pero sí admiten la influencia de los planetas descubiertos en los últimos siglos, con lo que logran una mezcla confusa de conocimientos mitológicos con algunos aportes de la astronomía. Por otra parte, los astrólogos sidéreos construyen una astrología agiornada con conocimientos científicos. El resultado es igualmente confuso dada la carencia de demostraciones objetivas de sus conocimientos. Lo único que logran es pasar gato por liebre.


A la página anterior